Tras la desamortización, el nuevo propietario de las tierras que el Priorato de San Frutos tenía en Carrascal del Río, incrementó en un 20% el precio de los arrendamientos a los colonos que las labraban.
Pedro Hernando Arranz Madrid 16 de octubre de 2021
ADSg: Caja 4751; AHPSg: protocolo 6531 ante Ciriaco Boano; AHPSg: protocolo 3866 ante Nicolás Leonor Ballesteros.
El Priorato de San frutos poseía en Carrascal del Río una hacienda de 80 piezas compuestas de 351 estadales de primera calidad, 41 obradas y 369 estadales de segunda calidad y 21 obradas y 278 estadales de tercera calidad ( una obrada son 4.000 metros cuadrados y cada una comprende 400 estadales); en total 64 obradas y 226 estadales, equivalentes a unas 26 hectáreas; las llevaban en renta Benito Madrueño, Manuel Pablo Revenga y Manuel Pablo Alonso.
Pagaban una renta de 42 fanegas «…por mitad de trigo y centeno…» y es la misma cantidad que se venía pagando al Priorato desde al menos 1764.
Tras la confiscación en 1835, en el Boletín Oficial de Segovia de 20 de febrero de 1840 se publica el anuncio de subasta; también en el de Venta de Bienes Nacionales de Madrid en 21 de marzo.
Se realiza a doble subasta simultáneamente en Segovia y Madrid el 25 de abril del mismo año; en la primera se adjudica a Valentin Sebastian, por la misma cantidad del tipo de salida 33.194 reales “…con la circunstancia de cederle a Atanasio Oñate quien estando presente se obliga al pago…” y en la segunda a Antonio Redondo en 30.200 reales y con el mismo propósito de ser Atanasio Oñate, más tarde Conde de Sepúlveda, el comprador efectivo. La intención del comprador real era el evitar que fuese su nombre el que apareciese reflejado en el Boletín Oficial y es así que lo que se publica es la adjudicación a Antonio Redondo “para ceder”; la mala imagen que ello supondría ante la jerarquía eclesiástica pudiera estar tras ello
27 de Agosto de 1840: ante el notario Ciriaco Boano se firma la escritura de arriendo de las fincas por el apoderado de Antonio Redondo a los mismos arrendatarios “…que hace bastante tiempo labran y les son conocidas varias fincas que forman parte de las que en el radio de dicho pueblo pertenecieron al Monasterio de San Frutos y acaba de adquirir por justos y legítimos títulos novísimos D. Antonio Redondo…” por «…Seis años de alquiler a pagar el día de San Bartolomé de agosto que comienza en 1841…»
Pues bien, la renta pagadera en grano, que hasta entonces eran 43 fanegas pasan a ser 52, aproximadamente de 1.800 kilos a 2.185, 385 kilos que restaron de los ingresos de los tres inquilinos de las tierras.
Además, mientras hasta entonces el lugar de entrega era en Burgomillodo, lindante con Carrascal, ahora había que llevarlo a Sepúlveda a casa de Mateo Escorial, el apoderado de Antonio Redondo.
Seguiremos estudiando otras operaciones de alquileres de bienes desamortizados para analizar los efectos que pudieron tener en los inquilinos.