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PROPÓSITO

Pedro Hernando Arranz 13 de enero de 2021

Hace ya cerca de veinte años que inicié una investigación en la que, aunque de manera interrumpida, me ocupé durante varios años; el objetivo era la historia del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz, un espectacular edificio ubicado en un espacio tan singular como el de las Hoces del río Duratón. Y lo que suscitaba mi interés era no tanto el conocer los hechos históricos relevantes a lo largo de su dilatada historia —fue fundado en 1231— sino más bien conocer cómo se desarrollaba la vida de sus moradores —frailes franciscanos— durante los últimos siglos de su presencia en ese lugar. 

Todo comenzó cuando, en el cercano pueblo de Fuentepiñel, Juan Cuellar Lázaro, doctor en historia y cronista de la Villa y Tierra de Fuentidueña, me mostró un expediente conservado en la sacristía de la iglesia en el que se recogían los documentos relativos a la secuencia de gestiones que se llevaron a cabo hasta conseguir que llegara a la parroquia en el año 1842, el órgano emplazado en el coro de la iglesia del Convento de la Hoz. A partir de ahí, comenzó mi interés por el Convento y fui recabando información de Archivos Históricos, bibliografía, hemerotecas, testimonios orales… Reuní muchos datos no sólo propiamente del convento en sí, sino también sobre la Orden religiosa franciscana en la que se insertaba, su organización y costumbres y quedé especialmente satisfecho con dos logros: uno, crear una base de datos con la información que suministraba el “Libro de gasto de maravedís” (el diario de gastos) sobre las últimas décadas existencia del convento y otro hacer lo mismo con el libro que un fraile “morador del convento”, Felipe Vazquez, publicó en 1786 sobre su historia, vida y costumbres, con especial referencia al hecho de ser a su vez un Santuario Mariano donde se veneraba la Imagen de la Virgen y adonde acudían en gran número los habitantes de los alrededores. 

Hasta que llegó un momento en el que por diversas circunstancias abandoné el trabajo: la lejanía de mi lugar de residencia de los archivos donde consultar las fuentes documentales y el hecho de, erróneamente, querer abarcar demasiado. Hoy en día ya hay abundante y excelente material publicado, principalmente por Carlos Santa Engracia en el entorno de la Asociación de Amigos del Convento de la Hoz radicada en Sebulcor.

Y hasta que ahora ya, he vuelto a la investigación en otras circunstancias de disponibilidad de tiempo y de residencia, esta vez enfocada ahora hacia estudio del proceso y efectos de la exclaustración, desamortización y propiedad durante en siglo XIX en espacios geográficos circundantes al del Convento, con especial atención a sus protagonistas. Sobre el Convento de la Hoz, ya solamente me he ocupado del destino del edificio y terreno contiguo.

Mi primera intención, antes de publicar en su caso, era la de completar todo el guion que me había trazado sobre los temas a exponer pero, las circunstancias de limitaciones a la movilidad que ha impuesto la pandemia de la COVID 19, por un lado, y el hecho de disponer ya de suficiente material como para compartirlo, por otro,  me han animado a comenzar a publicar ya, a través de esta web, puesto que este formato tiene además la ventaja de permitir la incorporación sucesiva  de nuevos contenidos que complementen lo ya escrito; en cualquier caso estos “añadidos” los agregaré en forma de “control de modificaciones” para permitir una más fácil relectura.

El enfoque que he tratado de dar al trabajo se orienta hacia intentar dar una “visión de lo general a partir de lo particular”: exponer los propósitos, procedimientos y efectos de la normativa reguladora de la exclaustración y desamortización en tierras de Sepúlveda, a través de su reflejo en casos concretos; algo así como ponerle cara y ojos al proceso.

He intentado realizar el trabajo con el mayor rigor posible; basándome en fuentes documentales de archivos, hemerotecas y bibliografía que en cada caso aparecerán referenciadas en notas a pie de página o en el propio texto.

Las siglas utilizadas para identificar las fuentes son:

AHN:              Archivo Histórico Nacional

AHPSg:          Archivo Histórico Provincial de Segovia

ADSg:             Archivo Diocesano de Segovia

ACSg:            Archivo Catedralicio de Segovia

AHPCa:          Archivo Histórico Provincial de Cantabria

AMSi:            Archivo del Monasterio de Silos

AGMM:         Archivo General Militar de Madrid  

AHPM:          Archivo Histórico de Protocolos de Madrid

 AGMSg:       Archivo General Militar de Segovia 

AHDM:          Archivo Histórico Diocesano de Madrid 

Y es así que  en esta web iré incorporando unos cuantos artículos sobre esta cuestión cuyos títulos y resúmenes son:

1.- Señorío y coto redondo del Priorato San Frutos: exclaustración, desamortización y propiedad durante el siglo XIX: las formas, consecuencias y efectos de los distintos procesos desamortizadores; la desamortización de José Bonaparte en 1809, la del Trienio liberal en 1822, y la adjudicación definitiva en 1837; los apeos y amojonamientos; las distintas transmisiones de propiedad a lo largo del XIX

2.- Similar, respecto al edificio del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz.

3.- De los Valles Pasiegos a Sepúlveda: pasiegos notables en la Villa: en el primer tercio del siglo XIX se instalan en Sepúlveda varias familias  procedentes del mismo lugar, San Pedro del Romeral en la actual Cantabria, cuyos miembros o descendientes  (Juan Ramón Ruiz Zorrilla, Francisco Arroyo Arroyo, Manuel Ruiz Zorrilla Sainz Pardo, Tomás Ruiz Zorrilla … todos ellos muy activos en la desamortización)  llegaron a tener un papel relevante en lo económico y político: alcaldes o regidores en la Villa, diputados o senadores en la Cortes… .Estaban alineados con la ideología republicana que representaba  el que fue  Presidente del Gobierno y líder del republicanismo radical del siglo XIX, Manuel Patricio Ruiz Zorrilla. Éste, nacido no lejos de Sepúlveda, en Burgo de Osma procedía también de San Pedro del Romeral, siendo además familiar de varios de ellos.

4.- Emilio Zorrilla Romero: un militar republicano represaliado. Nació en 1838 en Sueca (Valencia), donde su padre, Melchor Ruiz Zorrilla, natural de San Pedro del Romeral, ejercía de juez; casado en Sepúlveda con María Arroyo, hija de Francisco Arroyo Arroyo, participó en la Guerra de la Restauración en Santo Domingo (1863-1865) así como en el frente norte de la Segunda Guerra Carlista. Diputado en la Legislatura 1873-1874 y de ideología republicana, fue miembro de la clandestina Asociación Republicana Militar; sancionado por negarse a reconocer a Alfonso XII en la Restauración; detenido en 1884 en una reunión clandestina y finalmente represaliado y expulsado del Ejército. Permaneció fiel a su ideología hasta el final de sus días, participando activamente en los quehaceres del movimiento republicano. Fue propietario del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz entre los años 1883 a 1889. 

5.- Fuentepiñel: El final del Antiguo Régimen ejemplificado en un pueblo de Segovia.

Las principales características que conformaban el Antiguo Régimen podían identificarse en este lugar: pertenecer a un Señorío jurisdiccional, ubicarse en su término un Señorío territorial propiedad de la Mitra de Segovia, la existencia de Capellanías y demás obras pías, el diezmo, la posesión de tierras por parte del clero secular o regular, los bienes propios del Ayuntamiento…El análisis de documentos históricos alusivos a Fuentepiñel y relacionados con estos temas permite visualizar el proceso de desaparición de las instituciones del Antiguo Régimen. 

Madrid 13 de Enero de 2021

Pedro Hernando Arranz

LA CONSTITUCIÓN DE LA SOCIEDAD DEL SALTO DEL BURGUILLO

EN 1926 SE CONSTITUYE LA SOCIEDAD QUE VA A LLEVAR A CABO LAS OBRAS Y LA GESTIÓN DE LA PRESA. EN ELLA APARECEN DATOS INTERESANTES SOBRE EL ENTORNO EN EL QUE SE HALLA.

Lima 23 de febrero de 2022

La sociedad se denominará «Salto del Burguillo» y se constituye el 16 de abril de 1926 ante el notario de Segovia Luis Rincón y Lazcano: Comparecen cinco personas: Francisco Zorrilla Arroyo, propietario, Federico Cantero Villamil, ingeniero, Segundo Gila Sanz, médico, Jerónimo Arroyo Lopez, arquitecto, y Eugenio Rubio Merino, canónigo de la Catedral de Segovia.

Exponen que » por iniciativa del señor Zorrilla y Arroyo se vienen realizando a su costa desde el mes de Septiembre de mil novecientos diecinueve una serie de trabajos conducentes a poner en explotación «EL SALTO DEL BURGUILLO» enclavado en un coto redondo de su propiedad …». tras el encargo a «ingenieros competentes» un estudio técnico para solicitar la concesión del Estado;lo cual se consigue y publica en la Gaceta de Madrid el 6 de junio de 1922.

Las obras se inauguran el 27 de Mayo de 1923 comenzando los trabajos en el lecho del río «…para esclarecer la incógnita de la cimentación de la presa…» y para estudiar la impermeabilidad del vaso a llenar por el embalse. Todo esto se vino haciendo a costa del propio Francisco Zorrilla así como, y esto son datos sobre el entorno actual, la construcción de la carretera que comunica con la de Cantalejo a Aranda en Navalilla y el puente de hormigón armado sobre el rio Duratón.

Ya se estaba construyendo la ataguía (la obra para el desvío provisional del río) cuando «…al reconocer las favorables condiciones de cimentación y la indudable impermeabilidad de los estribos en que apoyarse…» se proyectó una ampliación del salto hasta los 24 metros de altura; esta era la máxima altura que permitía el remanso del embalse sin salir de los términos de la propiedad del concesionario y así evitar el coste de las expropiaciones de terrenos que no eran de su propiedad.

La propiedad que representaba el coto redondo llegaba aproximadamente hasta el puente que atravesaba el río un poco aguas abajo del convento lo cual quiere decir que hasta la ampliación de la presa en 1956, el agua del embalse no llegaba hasta el convento aunque quedaba próximo. El 4 de setiembre de 1926 apareció publicada en la Gaceta de Madrid la aprobación de la modificación del proyecto inicial.

Prosigue la escritura con una solemne declaración del promotor Francisco Zorrilla:

«…Que con todos estos elementos en la mano fruto de una labor perseverante durante 6 años y de los importantes gastos que supone, se condensó todo ello en una memoria explicativa que lanzó al público segoviano requiriendo su ayuda moral y material para en la forma de Sociedad anónima donde todos cupieran llevar a cabo la gran obra que para los intereses provinciales supone el aprovechar las energías latentes en el “Salto del Burguillo” Las posibilidades del iniciador concesionario no llegaban a más; había consumido en la ímproba labor demostrativa buena parte de sus energías y casi todos sus recursos Llegaba la hora de que los demás cooperasen en una empresa que tantos intereses abarca y tantas riquezas describe en sus posibilidades futuras. Y a tales requerimientos, los espíritus comprensivos que nunca faltan para empeños razonables y bien estudiados han respondido cumplidamente como se detalla a continuación…»

El primer colaborador fue el ingeniero Federico Cantero Villamil «…que ofreció su concurso pecuniario y aceptó la dirección técnica…» y suscribe 100.000 pesetas en acciones de la sociedad; percibiría 20.000 pesetas a la puesta en marcha del salto por sus trabajos como director técnico y un 15% de todos los ahorros que se produjeran respecto de las cantidades presupuestadas; todo esto lo percibiría en acciones de la sociedad.

El capital social de la Sociedad sería de dos millones de pesetas representado por 4.ooo acciones de 500 pesetas cada una de las que 582 se destinan, completamente liberadas al pago, de las aportaciones que hace el concesionario Francisco Zorrilla y las restantes se emitirían cuando lo decida el Consejo de Administración.

«…La base de la Sociedad que se constituye son las aportaciones de don Francisco Zorrilla Arroyo…» y son: el molino harinero, el batán y los terrenos que ocupe el embalse con todos los arboles y plantaciones que en ellos existan. Todo esto se valora en 80.000 pesetas.

Las obras realizadas y el material para continuarlas: la ataguía, la carretera, el puente, la maquinaria que se valora en 120.000 pesetas.

Por último, las concesiones, los gastos de estudios, valorado en 89.000 pesetas.

En total, 291.000 pesetas que se pagarían en la 582 acciones, las primeras que se emitieran.

El capital de dos millones de pesetas se distribuye de la manera siguiente: 291.ooo pesetas de las aportaciones del concesionario, emitiendo hasta un millón y medio para continuación de las obras y dejando en cartera las 418 acciones para el pago en su día al Director técnico Cantero Villamil.

La obras fueron encargadas a la empresa Compagnie D’Entreprises Electro Mecaniques mediante un convenio firmado en Madrid el 14 de Junio de 1926.

La energía eléctrica necesaria para mover la maquinaría durante las obras vendría de la central de San Miguel de Bernuy.

CONVENTO DE LA HOZ: ANOMALÍAS DURANTE EL SIGLO XIX.

YA DESDE EL INICIO, EN 1848, TRAS SU DESAMORTIZACIÓN, SE PRODUJERON SITUACIONES ANÓMALAS TANTO EN LA TITULARIDAD, COMO EN LA FORMA DE PAGO Y DESCRIPCIÓN EN EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD.

Lima 21 de Febrero de 2022

Tras el cierre del convento y expulsión de los frailes en 1835, no fue hasta 1848 cuando salió a subasta y fue adjudicado a Domingo Olalla «con la calidad de para ceder», lo cual significaba que éste era una persona interpuesta y que el verdadero adjudicatario y quien tenía por lo tanto que abonar el importe del remate era otro, en este caso Valentín Sebastián.

 ¿Porqué se utilizaba esta fórmula?; pues resulta que la Iglesia desde el Concilio de Trento sancionaba con pena de excomunión tanto las ventas como las compras no voluntarias de bienes eclesiásticos, por lo que a muchos compradores reales no les interesaba para preservar su honorabilidad que su nombre apareciera en el Boletín Oficial; más tarde la escritura notarial privada en la que se consignaba el del verdadero propietario, tenía menos relevancia. Y no fue hasta el Concordato con la Santa Sede de 1851 cuando la Iglesia aceptó de facto las ventas hechas de los bienes confiscados.

Como el precio de salida de la subasta, 32.456 reales era superior a 2o.ooo entró dentro de la categoría de «bienes de mayor cuantía» y por lo tanto debía procederse en doble subasta simultánea en Segovia y en Madrid; así se hizo el 26 de Agosto de 1848 a las once de la mañana. En Segovia no pujó nadie y en Madrid lo hizo el citado Domingo Olalla en 40.000 reales, como decimos, «en calidad de ceder». El notario de Segovia, Nicolás Leonor Ballesteros protocoliza la adjudicación el 4 de octubre de 1848.

Tras esto, llega la hora del pago de los 40.000 reales; el primer plazo era por la mitad, 20.000 reales: Pues bien, resulta que con el pago de tan solo 11.118 reales, de los que 10.000 en un título de la deuda «sin interés» se redime el pago de los 20.000; como resulta que deuda sin interés era en realidad «bono basura» y cotizaba al 4%, un pago en efectivo de 370 reales redimió aproximadamente 9.259 reales de la venta. y eso en el supuesto de que el comprador hubiese pagado el nominal del título de 10.000 reales… Este tipo de prácticas abusivas en la desamortización los recoge F. Tomás y Valiente en su famoso libro “El marco político de la desamortización en España”.

Y qué sucedió después?. Lo primero, que el tal Valentín Sebastián que había adquirido el «edificio-convento con un terreno adyacente de media obrada», tal como el Boletín de Ventas de Bienes Nacionales lo describía cuando se sacó a subasta, lo vendió el 22 de mayo de 1851 a Fernando Horcajo y Manuel Horcajo vecinos de Villaseca y de Sepúlveda respectivamente consignándose en la escritura ante el notario de Sepúlveda Juan Martínez la cifra de 2.000 reales como precio de venta; de los 40.000 iniciales a…2.000 (parece mucha rebaja aunque el precio real fuese mayor que el escriturado… lo que vendría a confirmar que el comprador inicial pagó en realidad una cantidad mucho menor que la del remate de la subasta).

La que sucede en la siguiente transacción representa lo más anómalo de todo lo sucedido con la propiedad del convento a lo largo del siglo XIX: por un lado, la manera de acceder a la propiedad por parte de Francisco Arroyo Arroyo, vecino de Sepúlveda (primer antepasado de la persona titular de las entidades de cuyo inventario ha formado y forma parte el convento) y Francisco Gonzalez Antona, vecino de Villaseca; y por otro la modificación al alza en la inscripción registral de la superficie de terreno aledaño al convento.

En efecto, en 1883, 35 años después de la subasta del convento, sin escritura pública de compraventa, por la vía de un expediente judicial instruido por el juez de Villaseca a instancia de los dos anteriores y al amparo de la Ley Hipotecaria de 1861 que crea el Registro de la Propiedad, consiguen los citado inscribir el convento y su terreno en el Registro, argumentando que mediante un contrato meramente verbal habían comprado a mediados de los años 60, unos 20 años antes, el convento a los anteriores propietarios. El procedimiento, denominado “expediente de dominio” consistía en presentar ante el juez a dos personas que testificaran que en efecto venían poseyendo la finca «de manera quieta y pacífica»; así se hizo e inmediatamente y el juez dicta un auto aprobando la inscripción en el Registro; auto que fue cuestionado por el Registrador, que exige que testifiquen los herederos de los anteriores propietarios ya fallecidos lo cual en tan solo dos días se resuelve. Lo que resulta extraño aquí, independientemente de la veracidad de lo testificado, es la compraventa de una propiedad sin documento privado ni escritura notarial, solamente mediante un «contrato verbal” en una época en la que la protocolización de documentos en el notario estaba incluso más extendida que ahora.

A su vez, lo que inicialmente se subastó y que en según Boletín Oficial de Ventas de Bienes Nacionales era “…un edificio convento unido al cual hay un terreno de media obrada escasa…sin que consten linderos…” se acaba inscribiendo en el Registro de la Propiedad, en el mismo procedimiento judicial descrito, «convertido» en “…Un pedazo de terreno… de cabida de ocho obradas poco más o menos… dentro de cuyo perímetro existe en estado ruinoso el Convento que fue de Nuestra Señora de la Hoz y todo linda…. Parece que lo que realmente interesaba a los nuevos propietarios era el terreno de ribera inscrito por 32.000 metros cuadrados que inicialmente era… de 4.000…

En el mismo año de 1883 el «terreno-convento» pasó a manos de Emilio Zorrilla, yerno del ya citado Francisco Arroyo y militar republicano proscrito por el Gobierno restaurador de la monarquía; bajo su titularidad el convento estuvo embargado por impago de deudas. Él fue quien hizo construir la casa cuyas paredes pueden verse hoy en día y que algunos creen erróneamente que era el edificio original de la hospedería del convento.

En 1891 pasa a manos de Francisco Arroyo, como titular único, y a su fallecimiento en 1899 lo hereda su nieto Francisco Zorrilla Arroyo.

Pedro Hernando Arranz

www.desamortizacionsepulveda.com

LOS PRIMEROS PASIEGOS AFINCADOS EN SEPÚLVEDA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX

PROCEDENTES DE LOS VALLES DEL PAS (CANTABRIA) MEDRARON EN LA VILLA, COMPITIENDO CON LAS CLASES ESTAMENTALES TRADICIONALES. (1)

Pedro Hernando Arranz. 5 de Diciembre de 2021

Los vecinos de los Valles del Pas eran conocidos por sus habilidades como comerciantes de productos locales como queso y manteca o de otros «importados» como telas y tabacos; estos últimos, muchas veces procedían del contrabando traído directamente desde Francia o de las provincias vascas (zona de librecambio donde los productos extranjeros entraban sin pagar aranceles) hasta el traslado de las aduanas interiores (Valmaseda, Orduña…) a la costa en 1841. (2)

La literatura nos ha mostrado la imagen del pasiego transitando por las montañas y valles cargando su fardo de contrabando, caminando y dando saltos con la ayuda de una garrota larga que le serviría además para sortear el olfato de los perros con los que la guardia civil se ayudaba.

En este artículo voy a trazar unos breves perfiles de los pasiegos que, procedentes todos ellos de San Pedro del Romeral, se afincaron en Sepúlveda en las primeras décadas del siglo XIX; mas adelante iré ampliando la información.

En su mayor parte ocuparon posiciones preeminentes en el aspecto económico y político, vinculados a la opción republicana radical que lideraba su pariente Manuel Ruiz Zorrilla nacido en Burgo de Osma y presidente del Gobierno, siendo representantes de la nueva burguesía con la que las familias de linaje tradicional tuvieron que comenzar a convivir. Francisco de Cossío (1877-1975) en su libro: «Confesiones. Mis amigos, mi familia, mi época.» (pags. 29-34) retrata este «contraste social» desde una argumentada posición suya, defensora del equilibrio que dice suponía la jerarquización social de los «nobles, hidalgos y caballeros» bajo el sustrato económico y social del mayorazgo.

Hasta el momento, y probablemente definitivo, la primera presencia pasiega que hemos localizado es la de Joaquín Ruiz Zorrilla Ruiz Zorrilla, de la lectura del testamento que el 19 de noviembre de 1827 hace ante el escribano Tiburcio Fernandez Trapero (3). Ejerciendo de comerciante, debió llegar a Sepúlveda no antes del año 1821 pues en esa fecha no aparece entre la lista de 18 comerciantes de la Villa que otorgan poder para pleitear (4). Falleció el 26 del mismo mes.

Casado con Manuela Ruiz Zorrilla Sainz Pardo, también de San Pedro del Romeral, dejó al fallecer tres hijos de corta edad: Ramona, Juan Ramón (tenía entonces 5 años) e Ildefonso; el tercero, en 1833 ya había fallecido y los dos primeros, como veremos, también ocuparon posiciones prominentes en la Villa.

De la lectura del «Inventario y tasación y cuenta, partición y adjudicación de los bienes que quedaron» a su fallecimiento (5) pueden extraerse los principales datos acerca de su actividad: comerciante, deja un caudal hereditario de 309.586 reales: 9.300 en dinero efectivo, 108.820 en género y bienes y 202.466 en deudas a su favor; de los 108.820 de género y bienes, unos 35.000 correspondían a telas y 50.000 a casas y fincas que el matrimonio poseía en villas de los montes de Pas.

Su viuda, Manuela Ruiz Zorrilla Sainz Pardo, en 1833 ya aparecía vuelta a casar con Manuel Ruiz Zorrilla Sainz Pardo (los dos apellidos coincidentes): Manuel era hermano de Melchor Ruiz Zorrilla, juez y padre de Emilio Ruiz Zorrilla, el militar casado con María Arroyo Ruiz Zorrilla, hija a su vez de Francisco Arroyo Arroyo, todos ellos afincados en Sepulveda y procedentes de San Pedro del Romeral.

Yendo por orden, Manuel Ruiz Zorrilla, segundo esposo de Manuela, la viuda de Joaquín, nació en 1811, y ya en 1836 aparece en las listas de electores de Sepulveda (6), en elecciones censitarias, es decir, circunscritas a los mayores propietarios; por las fechas también éste, comerciante a su vez y propietario comprador activo de tierras, puede figurar entre los pasiegos pioneros en Sepúlveda. Asimismo hizo una fortuna y compró en 1853 junto con Francisco Arroyo Arroyo, a Antonio Redondo, por 118.000 reales, las propiedades confiscadas en la desamortización al Priorato de San Frutos. Falleció en 1869 y Manuela , 15 años mayor que él, en 1868. En la testamentaría (AHPSg, protocolo 14457 ante Angel Collado Balza) a la muerte de los dos esposos queda un caudal de 428.431,65 pesetas, de las que 371.029,40 eran bienes gananciales obtenidos desde su matrimonio en 1833, en su mayor parte fincas rústicas; la compra de fincas, muchas procedentes de bienes desamortizados para su posterior arrendamiento, dio suculentos beneficios. En la testamentaría se distingue entre «bienes libres» y «bienes nacionales», estos últimos con un montante de 74. 717 pesetas, tendrían pendientes de desembolso alguna de las anualidades en las que se difería el pago, y la práctica totalidad adquiridos antes de 1855 en que dan comienzo los registros de fincas en la documentación del AHN (ver entrada de 1 de mayo de 2021). Tuvieron dos hijos: Ildefonso y Tomás; el primero heredó la mitad de las tierras del Priorato, y fue diputado en las Cortes; falleció en 1869 y el segundo fue un comprador muy activo de bienes desamortizados. Tomás había nacido en 1839 y tenía 60 años cuando falleció; casado con Josefa Horcajo Cristobal dejó a su fallecimiento dos hijas menores y un patrimonio valorado en 227.032,27 pesetas de la época de las que 164.866,70 le habían correspondido por herencia de sus padres.

Otra «rama pasiega» fue la que inició Francisco Arroyo Arroyo. Llegó a Sepúlveda procedente de Miraflores de la Sierra donde se había instalado su padre Matías Arroyo Madrazo, probablemente dedicado a la ganadería por ser esa zona abundante en prados y ganado, actividad en la que los pasiegos eran especialistas (7). Matías, de su primera mujer, Pascuala Arroyo, tuvo dos hijos, Francisco y María. Casó por segunda vez con María Sainz Pardo con la que tuvo 4 hijos en Miraflores de la Sierra: Juan, Mauricio, Antonio y Juana.

Francisco Arroyo Arroyo, nacido en 1815 en San Pedro del Romeral de Matías y Pascuala, se casó primeramente en 1839 con Manuela Conde Ruiz Zorrilla (8), nacida en 1817 y natural de Zamora e hija de Manuel Conde y de Ramona Ruiz Zorrilla; para casarse vino de Miraflores de la Sierra; tenía una sociedad con Ramona. Manuel Conde había fallecido antes de 1839 y ,procedente de Zamora, habría sido otro de los primeros pasiegos también afincados en Sepúlveda; a su vez era comerciante. Manuela falleció en 1846 sin descendencia. Ramona, su madre, figuraba como comerciante en 1850. (9)

Francisco Arroyo Arroyo se casó posteriormente con Ramona Ruiz Zorrilla, más arriba citada, e hija de Joaquín Ruiz Zorrilla y hermana de Juan Ramón Ruiz Zorrilla. Con Ramona, que ya en 1870 había fallecido, tuvo una hija, María, que casó con el militar Emilio Ruiz Zorrilla; fueron los padres de María y Francisco Ruiz Zorrilla Arroyo; este último, promotor de la construcción en 1925 de la presa de Burgomillodo. Francisco Arroyo falleció el 23 de Diciembre de 1899 a los 84 años.

Francisco Arroyo Arroyo y Juan Ramon Ruiz Zorrilla Ruiz Zorrilla fueron grandes terratenientes compradores de fincas desamortizadas (10). Ambos figuraban en la disputada lista de los 50 mayores contribuyentes de la provincia de Segovia que publicaba el Boletín Oficial de la Provincia. Juan Ramón, nacido en 1822, fue senador en la legislatura 1872-1873 y declaraba con orgullo «tener la misma sangre» que el que fue notorio político republicano Manuel Ruiz Zorrilla y Ruiz Zorrilla, nacido en Burgo de Osma (11); falleció el 17 de diciembre de 1894 a los 72 años y en 1900, sus restos mortales, por voluntad suya y los de su esposa María Gonzalez Zorrilla, fueron trasladados desde Sepúlveda a Toro (Zamora); ya había dejado un plano del panteón que debía construirse en el cementerio de Toro. Juan Ramón tuvo tres hijos de su primera mujer, Julio, Calixto y María, ya difuntos en 1894, de los que vivían cuatro nietos. En segundas nupcias casó con Ramona, hermana de su primera esposa, con quien no tuvo descendencia. Su vínculo con Toro era amplio, pues en su testamento manifiesta ser propietario del «Casino San Carlos, hoy [entonces] Círculo de Recreo Café», institución histórica y actual en la Plaza Mayor de Toro y que lo deja en herencia, como el resto de su patrimonio a sus nietos, pero los productos del Casino especificamente a financiar los estudios de tres de ellos (los varones). (12).

El militar Emilio Ruiz Zorrilla (13), hijo de Melchor Ruiz Zorrilla, nacido en Sueca (Valencia) donde su padre ejercía de juez, casó en segundas nupcias con María Prieto, nacida en Astorga y, afincados entre Mallorca y Valencia, tuvieron cinco hijos: Margarita, Melchor, Mercedes, Emilio y Felisa; su madre era Maria de la Paz Romero Parrilla y García Doncell, natural de Sevilla. Melchor había fallecido en 1853.

Volviendo a Ildefonso Ruiz Zorrilla, hijo de Manuel, el copropietario con Francisco Arroyo del coto redondo y tierras que habían pertenecido al Priorato de San Frutos, se casó el 24 de marzo de 1867 en Madrid a los 35 años con Maria Paz Romero de 48 años, la madre del militar Emilio (14); tuvieron que pedir dispensa eclesiástica por «ser parientes en primero con segundo grado de afinidad». Tuvieron una hija, Teresa, que vendió una cuarta parte de las fincas de San Frutos a Francisco Arroyo. La última cuarta parte la adquirió Francisco Zorrilla Arroyo en 1903 a Luis Sanchez de Toledo Ruiz Zorrilla, hijo de Teresa. (15)

Una hipótesis con bastante grado de verosimilitud es que el capital que dejó a su fallecimiento en 1827 Joaquín Ruiz Zorrilla sirviera de palanca para el despegue de la otras ramas de pasiegos; Ramona Ruiz Zorrilla, la primera hija, pudo aportar 40.000 reales de la herencia de su padre al matrimonio con Francisco Arroyo Arroyo; del mismo modo Juan Ramón, su hermano, dispuso de otros 40.000. A Manuela Ruiz Zorrilla, la esposa de Joaquín, le correspondieron 120.000 reales al fallecimiento de este último, que pudo aportar a su segundo matrimonio con Manuel Ruiz Zorrilla Sainz Pardo, el comprador con Francisco Arroyo de las propiedades del Priorato de San Frutos.

Hasta aquí, de momento, una parte de la imbricada y destacada historia de los pasiegos que llegaron a ser notables en la Villa de Sepúlveda durante el siglo XIX.

(1) Las fuentes principales utilizadas han sido las escrituras formalizadas en los protocolos notariales de la época, conservados en el Archivo Histórico Provincial de Alava.

(2) Carmen Sarasúa: «La emigraciones temporales en una economía de minifundio: Los montes de Pas, 1755-1888».

(3) AHPSg Protocolo 6694 ante Tiburcio Fernandez Trapero

(4) AHOSg Protocolo 6733 ante Juan Llorente

(5) AHPSg Protocolo 6811 ante Tiburcio Fernandez Trapero

(6) Boletín oficial de Segovia nº 92 de 2 de Agosto de 1836.

(7) AHN Clero Regular y Secular. Miraflores de la Sierra l Libros 13 y 14 de Bautismos.

(8) AHPSg Protocolo 9714 ante José de Córdoba

(9) AHPSg Protocolo 9846 ante Francisco de Pedro

(10) Ver entrada de fecha de 8 de febrero de 2021

(11) www.senado.es

(12) Heraldo de Zamora 11 de mayo de 1900 y AHPSg Protocolo 11oo6 ante Angel Collado Balza

(13) Ver entrada de 13 de Marzo de 2021

(14) AHPSg Protocolo 10478 ante Justo de la Plaza Vega

(15) Ver entrada de 6 de Mayo de 2021

EL CAÑÓN DEL DURATÓN PREVIO A LA CONSTRUCCIÓN DE LA PRESA DE BURGOMILLODO.

YA PODEMOS DISPONER DE INFORMACIÓN PRECISA ACERCA DE LOS PRINCIPALES ELEMENTOS QUE FORMABAN PARTE DEL ENTORNO DEL RIO: MOLINO, CAMINOS, PUENTES…

Pedro Hernando Arranz Madrid 21 de Noviembre de 2021

Hacía tiempo que andaba buscando información que diera luz acerca de cómo era el cañón del Duratón en la época anterior a la construcción de la presa del Burgomillodo: por dónde discurrían los caminos, cómo de estrecho era el paso desde el poblado de Burgomillodo hacia el molino, dónde estaban los puentes, etc.

Por fin di con ella en el Archivo de la Confederación Hidrográfica del Duero dentro del expediente de la construcción de la presa. En dos planos a escala 1:1000, cada uno de ellos de cerca de tres metros de longitud, está dibujado el cañón del río desde el poblado de Burgomillodo hasta la presa de la Molinilla.

También hallé unas fotografías adheridas a las portadas de los expedientes:

Perspectiva de la zona antes de la construcción de la Presa
Túnel, probablemente para el desvío del río

El plano viene a confirmar en primer lugar la estrechez del paso del río a su entrada en Burgomillodo, donde se alza el muro de la presa, cosa que ya recogía hacia 1770 fray Simón Lexalde: “…en llegando al molino se van juntando tanto las Peñas que para pasar a la Casablanca [la casa granero ubicada en el poblado de Burgomillodo] no hay más sitio entre el río y la peña que el camino y aún en medianas crecientes el río lo coge todo de peña a peña y no se puede pasar sino a caballo o por una senda que del Molino a la Casa Blanca hay y que por ella en partes es menester ir gateando y con peligro de caer; a la otra parte del río en todo tiempo está cubierto de agua hasta la peña si no es en el rigor del verano…” (1)

Según se puede observar en el plano, el camino desde Burgomillodo al molino, que se prolongaba hacia la ermita de San Frutos, discurría por la vertiente derecha del río cruzando el estrechamiento de las peñas que cita fray Simón y que se aprecia en el dibujo de las curvas de nivel. Es en esa vertiente derecha donde se horadó la roca para ampliar el vano y construir el dique de la presa.

Del mismo modo podemos ver cómo era la disposición del molino; dos isletas permitieron la construcción de una presa para encauzar el agua hacia el caz del molino y canalizar el desagüe.

Ubicación de la nueva presa y del molino con la suya

Como hemos dicho, está dibujado el camino hacia «San Frutos y Villaseca» por el costado del río y que quedó anegado por el agua del embalse tras la construcción de la presa en 1929; de esto se quejaba el en su día párroco de San Frutos porque le obligaba a dar un gran rodeo para llegar a la ermita.

El camino hacia la ermita de San Frutos

En el plano viene también dibujado el puente frente al batán del que ya en el 2000 me informó que existía el Sr. Donato, de 92 años entonces, y que había trabajado en él y en la construcción de la presa; el puente, junto con un camino nuevo mandado construir por Francisco Zorrilla desde la bajada del Portillo de la Pez, permitía el transporte de telas al batán desde la zona de Cantalejo.

El batán y el puente

Están a su vez dibujadas las cuatro pilastras de los restos del puente próximo al convento de la Hoz que permitía el acceso a los lugares de la parte oriental del río: San Frutos Villaseca, Sepúlveda, etc.

También podemos apreciar dónde estaba ubicado el término «pared de la noria» que se cita como lindero sur en la descripción de la finca del convento de la Hoz que se inscribe en 1883 a favor de Francisco Arroyo Arroyo y de Manuel Horcajo Oria (ver la entrada en esta web de 22 de marzo de 2021): «Un pedazo de terreno con bastantes árboles denominado la Hoz, al sitio de su nombre de cabida de ocho obradas poco más o menos rodeado por algunos puntos de pared, dentro de cuyo perímetro existe en estado ruinoso el Convento que fue de Nuestra Señora de la Hoz y todo linda el Este la divisa el Rio Duratón, Sur la pared de la noria, Oeste peñas altas y por norte la pared del canto del puente derruido por las aguas, tasado en 1.000 pesetas..”. Pues bien en el plano aguas arriba del lugar donde se ubica el convento de La Hoz aparece el término Las norias junto a una «isla» en el río.

El Convento y alrededores

En la web: https://www.acueducto2.com/el-rio-duraton-4-una-excursion-al-convento-de-la-hoz-1919/42771 , Juan Pedro Velasco Sayago, en un precioso artículo: «El Río Duratón (4) Una excursión al Convento de la Hoz (1919)», publica unas fotos de la Serie francesa La Hoz en las que se pueden ver un puente y parte del batán; el puente es probable que fuese el que daba acceso al batán, citado más arriba en este artículo. La excursión que en las fotos se recoge lo más probable es que se iniciase en el Portillo de las Tres Cruces y fuese por el camino mandado construir por Francisco Zorrilla en la margen izquierda del río , y cruzando el puente, llegar al batán para de allí subir a la ermita de San Frutos.

Del AHPSg

(1) MARTIN POSTIGO Soterraña “San Frutos del Duratón” (1980). pags 238-239

¿QUÉ FUE DE LAS ALHAJAS DE LA VIRGEN DE LA HOZ?.

NO PARECE QUE TODAS LAS ALHAJAS QUE ESTABAN EN EL CAMARIN DE LA VIRGEN SEAN LAS QUE APARECEN EN EL INVENTARIO TRAS LA EXCLAUSTRACIÓN EN 1835.

Pedro Hernando Arranz. Madrid, 9 de Noviembre de 2021

Ya hemos dicho en entradas anteriores que el convento de Nuestra Señora de los Angeles de la Hoz no era un convento al uso, porque se trataba de un Santuario Mariano donde el fervor popular veneraba la imagen de la Virgen en su advocación de La Hoz; este hecho hacía que fuera objeto de numerosos obsequios por parte de los fieles, que cuando pertenecían al estamento noble se traducía en objetos muy valiosos.

Fray Felipe Vazquez, en su libro de 1786 «Historia de Nuestra Señora de los Angeles de la Hoz : chronologia de los tiempos de su duración, y vicisitudes de este Santuario hasta el presente siglo / compuesta por el P. Fr. Felipe Vazquez , sale a luz a expensas de los bienhechores, siendo su camarero el P. Fr. Diego Fernández«, lo recoge con profusión. En la página 309 refiere: «En el año mil quinientos noventa y cinco, según cierto manuscrito (pero no es auténtico y confunde la cronología a cada paso) estuvo aquí el Excelentísimo Señor Duque del Infantado con su Primogénito, a quien esta Señora dio repentina salud, como referiré después; y presentó a esta Divina Imagen una Corona Imperial de oro purísimo de más de ocho onzas de peso, la que ha mandado adornar el devoto Padre Capellán y camarero presente. Otra corona presentó al Divino Niño, y es de plata; pero aunque es inferior en la materia, es muy delicada, y preciosa la estructura: por ser esta corona grande se reserva para otra Imagen de la Santísima Virgen, que es como Vicaria de la que está en el Altar mayor  en las festividades de sus Mysterios.

La Condesa de Montijo a principios del XVIII visitó muchas veces el convento desde su Villa de Fuentidueña y, (pag 310-311) «Hizo a Hijo y Madre un rico vestido de tisú, y puso al cuello de la Señora una joya de oro, que hoy día tiene al pecho, y está apreciada en cien doblones; y juzgo que es mucho más su valor…; es de perlas grandes, y finas con muchos exquisitos diamantes, la misma que su dignísimo Esposo la entregó el día de sus desposorios«.

Visitas de los Obispos de Segovia….El Excelentísimo Señor . D. Fr. Fernando de Guzmán (m. 1698) la puso el Pectoral, que es de piedras blancas, grandes y finísimas. El Ecmo. Sr. Guadalupe presentó cuatro joyas esmaltadas: y no se puede asegurar si es de más precio el oro, que es la caxa, o las Imágenes de diestro pincel que encierran.

Pag. 370: «…se despoxó (el Duque del Infantado) de todas las joyas de oro….hizo fabricar una corona imperial, la cual ciñe las sienes de esta Augustísima Emperatriz. …hizo labrar otra de plata embutidas varias piedras preciosas que la adornan, y la envió para el Niño de esta Señora». Es mu grande…y se muestra por singular a los devotos huéspedes y peregrinos que visitan este Santuari

Pag 380. En 1633: «Mandó el agradecido Señor (Conde de Lodosa y Castilnovo, Juan Hurtado de Velasco y Aragón) hacer una media luna de plata para adorno de los piés de esta Sagrada Imagen«.

En Libro de Gasto de Maravedís se lee que en 1825 se hizo un pago de una cantidad muy importante, 10.544 reales «…para recobrar la Plata que se llevaron los herederos del hermano Síndico…». El Síndico era una persona externa, seglar encargado de administrar los bienes del convento; una disposición de las constituciones franciscanas con el objetivo de hacer manifiesto el desapego de los bienes materiales que prescribía el voto de pobreza. Había ocurrido que en su momento el Síndico había socorrido al convento de su propio peculio y los frailes, incapaces de pagar la deuda que tenían con sus herederos tras su fallecimiento, habían tenido que entregarles joyas que adornaban la imagen de la Virgen y que posteriormente recuperaron con el pago de los 10.544 reales.

Pues bien, tras las referencias a las joyas y objetos de valor que fray Felipe Vazquez hace de lo que sería una parte del «tesoro» de la Virgen de la Hoz y compararlas con lo que en la entrada anterior en esta web transcribí del inventario total del camarín de la Virgen tras el cierre del convento en agosto de 1835, es sencillo deducir que parte de las joyas y objeto de valor se hicieron desaparecer por parte de los frailes, conocedores con anticipación de que el convento iba a ser clausurado. Esto había sido frecuente en los procesos de cierre de los conventos y la razón es el que pudieran utilizarse mediante su venta, como medio de subsistencia de los frailes expulsados de sus conventos; o también para esconderlos en lugares secretos con la esperanza de un más o menos pronto cambio político que permitiera volver a habitar los conventos.

En el Archivo Histórico Nacional encontré dos referencias a las alhajas del convento de la Hoz; primera en el libro de actas de la La Junta Superior de enajenación de edificios y efectos de los conventos suprimidos, hacia 1840: «Informe pedido por el Ministerio de Hacienda con fecha 22 de febrero último a esta Dirección relativo a las alhajas que pertenecieron al convento de Nuestra señora de la Hoz extramuros de la Villa de Cuéllar las que condujo a ésta el comisionado principal de Segovia y fueron depositadas en la tesorería de rentas de esta corte. Hágase presente al Ministerio que dichas alhajas estimadas por de un mérito artístico extraordinario no se las encontró ninguno, así como la sortija otro que troquecillo que se suponía de diamantes y es de piedra de Francia de ningún valor por lo que es de parecer la Junta, procede pasarse a la Casa de Moneda de esta Corte para que se acuñen como propone el superintendente de esta Casa Nacional en oficio al Ministerio de 20 del expresado febrero«.

La segunda de la que no guardo referencia es la nota de gastos correspondiente al traslado de «un candelero» desde el convento de la Hoz al Ministerio de Hacienda de Madrid.

Josefina Bello ha estudiado muy bien y recogido en su libro «Frailes, intendentes y políticos: los Bienes Nacionales 1835-1850 (1997), todo el proceso de recogida, administración y venta de bienes nacionales desamortizados y refiere las muchas incidencias habidas con las alhajas pertenecientes a monasterios y conventos.

Hace ya un tiempo escuché una historia sobre ocultación de alhajas: al parecer previamente a la exclaustración en 1835, los monjes del monasterio cisterciense de la Oliva en Navarra enterraron en un lugar, cierto número de objetos litúrgicos de valor; pues bien, cuando la vida en el monasterio se restauró a comienzos del siglo XX, los nuevos monjes pudieron rescatarlos con la información secreta transmitida de unos a otros a lo largo de casi un siglo.

UN ESPACIO VIVIDO: LA IGLESIA DEL CONVENTO DE LA HOZ.

EL INVENTARIO DE ELEMENTOS Y OBJETOS DE LA IGLESIA DEL CONVENTO NOS EVOCA UN LUGAR CON UNA NOTABLE ACTIVIDAD.

Y… ¿QUÉ FUE DE LAS ALHAJAS DE LA VIRGEN TRAS EL CIERRE DEL CONVENTO?

Pedro Hernando Arranz. 27 de Octubre de 2021

Tras el Decreto de 25 de Julio de 1835 se procedió a la expulsión de los frailes y al cierre del Convento por orden del intendente de la provincia y ya el 31 de agosto se estaban realizando los preceptivos inventarios; tenemos referencia de uno de ellos, el de «…la Iglesia ornamentos y vasos sagrados…»

El documento me lo facilitó D. Antonio Linage y lo transcribió y publicó en la revista de historia franciscana Archivo Ibero- Americano 265-266/LXX (2010) pgs. 307-315; estaba entre unos papeles sueltos en el Archivo parroquial de Sepúlveda; lo reproduzco a continuación.

«Convento de la Hoz amortización convento de franciscos de la Hoz inventario número 5 De la Iglesia ornamentos y vasos sagrados existentes en el convento de la Hoz con arreglo al Real Decreto de 25 de julio de 1835

Iglesia

Primeramente una Iglesia con 7 altares en esta forma: el altar mayor con su mesa de altar y retablo el cual está adornado con cuatro pilares y contiene las imágenes siguientes: nuestra señora de la Hoz en medio y a los lados las de San Joaquín y Santa Ana y encima, al parecer, una pintura de la Transfiguración. En dicho altar hay una cruz de madera con embutidos de nácar, 5 ramilletes de hojadelata, cuatro candeleros de la misma especie, dos vasos de talaverillo y un misal con su atril de hierro

Altar de San Antonio. Otro altar pequeño, al lado derecho, con el título de San Antonio, el cual se compone de 2 pequeñitas pirámides doradas, la efigie de San Antonio con un niño en las manos, una cruz de madera con un crucifijo, las tablas de las palabras, dos candeleros de bronce, un misal con su atril de palo, dos zarcillos de hojadelata, y la cubierta del altar de hule.

Altar de San Diego. Otro altar, de San Diego,a la izquierda que contiene la efigie de este Santo, con la mesa de altar cubierta de hule, 3 sacras, una Cruz de madera con embutidos de nácar, dos ramilletes de hojalata, dos candeleros de bronce, y una pequeña cortina vieja.

Capilla. Altar de San Francisco. En la capilla o bóveda de la derecha, 3 altares, uno de San Francisco, con la efigie de este Santo, su mesa de altar, con tapiz de seda blanca, misal con su atril, cubierta de hule, sacras, dos candeleros de bronce, y una cruz pequeña.

Id. De Santa Rosa. Otro altar de Santa Rosa con la efigie de la Santa metida en un escaparate de 3 cristales grandes de más de vara. Contiene su mesa de altar con cubierta de hule. y una Cruz pequeña de madera con embutidos de nácar.

Id. De San Benito. Altar de San Benito de Palermo, con la efigie de este santo, dorado el altar, con dos pirámides pequeñas, la mesa cubierta con hule, atril de madera con su misal, las sacras también de madera, con una Cruz pequeña y embutidos de nácar.

Id. de la concepción. Otro altar pequeño, dorado, con dos columnas, por un lado de la Purísima Concepción, y se compone de una efigie pequeña de Nuestra Señora como de media vara, de bulto, y a los lados otra de San José; un niño también pequeño, de bulto, en medio del altar, en un nicho cerrado con llave. En un nicho de esmalte se halla un Niño Jesús en una cuna de madera dorada y pintada, y encima de la imagen una cama portátil de madera con su cristal, y dentro, una efigie pequeña de bulto de Jesús atado a la columna. A los dos lados del altar hay dos camas, sobre unas pequeñas mesas, con sus cristales, y dentro de una la Divina Pastora, y de la otra un Niño Jesús. Tiene un frontal de seda cubierta de hule com atril y misal, sacras, y dos candeleros de bronce con dos ramilletes de plata y una cruz pequeña.

Dentro de esta capilla hay unas pequeñas pinturas sobre lienzo y tabla embutidas en la pared.

Confesionarios y madera y otros muebles nuevos. Alguien la Iglesia 6 confesionarios de madera; 8 bancos, los 7 de respaldo; dos pares de ciriales, dos arañas de hojalata en la capilla de la Virgen, un Santo Cristo de bulto como de vara y de altura sobre dicha capilla; Un púlpito de madera con su guardavoz y escalera; un cuadro que al parecer es de algún mérito, pintado sobre lienzo con marco de madera negro, con la imagen de San Francisco de Paula.

Coro

Sillería. Hay  en el coro una sillería, parte de nogal y parte de pino, con 32 sillas, y en medio dos cajones pequeños con algunos breviarios viejos; todo fijo en la pared.

Facistol. Hay un facistol de madera para los libros y encima una cruz.

Órgano. Una parte de órgano pequeño, bastante destrozado, con sus fuelles correspondientes.

Cantorales. Al frente del órgano hay una alacena punteada, y dentro de ella dos estantes con 7 libros de canto llano muy estropeados, y un misal viejo.

Pinturas y otras frioleras. Un calderillo para agua bendita, un hierro para colgar la lámpara, cuatro víctores de colegiales; 3 cuadros de lienzo de embutidos en la pared, uno  de San Jerónimo y los otros de San Francisco.

Camarín de la Virgen

La imagen de nuestra señora de la Hoz es de bulto; y tiene una corona grande de plata, con su cruz sobredorada, y dentro de esta corona otra más pequeña de la misma especie, su peso una libra.

Un rostrillo de plata sobredorada con 22 piedras preciosas de varios tamaños, que al parecer de los comisionados son cuatro diamantes o piedras de su color,    6 rubíes y los restantes esmeraldas blancas o azules

Una media luna de plata que tiene puesta la Virgen como de 3 onzas de peso.

Una cruz que también tiene puesta, atada a una cinta, que se compone de una piedra verde, pintada de rayo y guarnecida por los cuatro extremos de oro esmaltado.

Un Niño Jesús con su vestido y 3 potencias pequeñitas que tiene la Virgen en su brazo.

En dicho camarín hay una mesa de nogal, con su cajón y pies de pino, con cerradura y llave, cubierta de una tela de seda con flores, vieja; Una sabanilla blanca con encaje.

3 sillas de nogal, forradas de tela de lana encarnada imitada en damasco.

Un San Juan pequeño.

La ropa para vestir a la Virgen y el Niño era muy abundante: «Un vestido y manto de seda floreado, que tiene puesto la imagen de Nuestra señora, con tocado de tul bordada«. Le siguen otros siete vestidos de tisú y seda, dos cortinas, seis tocas de la Virgen y el Niño, seis mantos, et. y dos arcas grandes de pino donde está custodiada la ropa de la Virgen.

«Sacristía

Cajonería. Una cajonería grande de pino con cuatro cajones con sus cerraduras y llaves y aldabones de hierro donde se guardan las ropas de Iglesia y con dos cajoncitos en medio todo colocado en una mesa de dos tablas.

Otra mesa y cajoncito con dos cajones con cerradura y aldabones de hierro y al extremo una alacena.

Otra con dos cajones y alacena; Todas de pino.

Arca. Una arca grande de pino con cantoneras y aldabas de hierro y su cerradura y llave.

Retablo. un altar o retablo pequeño, encima de la cajonería segunda, con un Santo Cristo y 3 imágenes de madera dorada y de bulto.

Cuadro. Un cuadro de Nuestra señora con su Niño pintado en tabla fijado en la tercera cajonería estropeado y sin ningún valor.

Un víctor o espejo pequeño; Y 5 cuadros de pintura y papel, pequeños y de ningún mérito.

Aguamanil. Un aguamanil de piedra, con su recipiente, en dos piezas, fijado en la pared.

Vidriera. Unas puertas vidrieras con cristales pequeños en una ventana.

Escritorio. Un cajón o escritorio pequeño de nogal con dos cerraduras y 10 cajoncitos interiores.«

Ropas blancas

Era abundantísima la ropa de vestir los frailes para las celebraciones litúrgicas: 15 albas, 43 casullas, dos dalmáticas completas, etc.

«Plata y vasos sagrados

Cálices. Dos cálices de plata con sus patenas, doradas las copas por dentro; su peso 2 libras y 12 onzas

Copón. Un copón de plata pequeño en que actualmente está reservado el Santísimo Sacramento, el que a juicio del padre guardián tiene de peso 7 u 8 onzas.

Crismeras. Una crismera o pomito de plata para el Santo óleo de los enfermos que a juicio de dicho padre guardián tiene un peso como 2 onzas.

Esquilas. En la Iglesia hay dos esquilas las pequeñas, otra a la parte del coro, dos algo mayores a las porterías, una rota.

Campanas. En la torre hay dos campanas esquilones uno más grande que el otro.

Convento de nuestra señora de Los Ángeles de la Hoz, 31 de agosto de 1835.

Como encargado por la contaduría, licenciado Sinforoso Espinos. Como comisionado Donato Mardomingo. Fray Juan Rodríguez, Guardián. José López García sindico. Es copia, el contador de amortización Tomás García del Real. Nota.»

(Continúa)

EL PRECIO DE LOS ARRENDAMIENTOS TRAS LA DESAMORTIZACIÓN. EL MOLINO DE SAN FRUTOS.

EL NUEVO PROPIETARIO TRAS LA DESAMORTIZACIÓN INCREMENTÓ CERCA DE UN 30% EL PRECIO DEL ARRENDAMIENTO DEL MOLINO.

Pedro Hernando Arranz Madrid 18 de Octubre de 2021

“Un Molino harinero con su maquinaria, presa y casa con sus habitaciones altas y bajas una destinada para ganados y otros usos independiente de las del Molino y como a 4 metros de distancia y dos Corrales cercados de canto seco, cubiertas sus paredes con barderas [bardas], que mide todo el edificio 23 metros de largo y 9 de ancho y sus linderos son por el frente donde tiene su puerta principal, derecha izquierda y espalda con terreno de esta hacienda siendo la medida de la casilla 11 metros de largo y 8 de ancho señalada con el núm 2 y con el 1 el molino lindando por los cuatro aires con esta Hacienda y la cuadra y pajar miden 15 metros de largo por 7 de ancho con los mismos linderos” AHPSg.  Protocolo de 3 de octubre de 1903 ante el notario de Sepúlveda José Davila

Era un molino grande, «de dos piedras,» situado justo detrás de lo que actualmente es el muro de la presa de Burgomillodo en la vertiente del agua embalsada, y perteneciente antes de la desamortización al Priorato de San Frutos que lo tenía arrendado y era bien que más rentas le producía, más que el arrendamiento de todo el coto redondo.

Para estudiar los precios del arrendamiento antes y después de la desamortización tenemos dos referencias: la primera, de 1752, cuando aún era propietario el Priorato y otra posterior, en 1840

La de 1752 corresponde a lo que viene recogido en el Catastro de Ensenada, que reza: “…el molino está arrendado junto con el pasto de la parte de la Ribera que coge desde el canto de la reina hasta el puente del Burgo y con el derecho de pesca en el mismo distrito, en 140 fanegas de trigo 6 pavos 12 gallinas y 18 arrobas de tocino muerto [el equivalente a un cerdo en canal] cada año que regulada la fanega de trigo a 11 reales cada pavo a 7 y cada gallina a dos reales y medio y la arroba de tocino a 25 importa 2.062 reales de vellón de los cuales 50 reales consideran por razón de pasto y otros 50 de derecho de pesca del río.”

Tras la desamortización, el 28 de noviembre de 1839 se firma la escritura de arriendo con el nuevo propietario, Antonio Redondo que aunque vecino de Madrid estaba casado con una mujer natural de Sepúlveda, Manuela Escorial y hermana de su apoderado Mateo Escorial; los arrendatarios, «…Pedro Alonso y Ramona Quintana, marido y mujer vecinos de la villa de Burgomillodo…». Precio: 180 fanegas de trigo, 15 al mes, a situar en Sepúlveda y “…22 arrobas de tocino en canal que se matará en esta Villa y se pesará al siguiente día de muerto y su entrega no ha de poder pasar del día 30 de noviembre de cada año …”; también 10 pavos cebados y 10 patos en los primeros diez días de diciembre. Dejando a un lado las cantidades referidas a animales (que también aumentan) la renta pasa de 140 a 180 fanegas, casi un 30% de incremento, difícil de justificar por un aumento en la producción del molino. AHPSg Protocolo 9714 ante José de Córdoba.

Continuaremos analizando otros casos

EL PRECIO DE LOS ARRENDAMIENTOS TRAS LA DESAMORTIZACIÓN.

Tras la desamortización, el nuevo propietario de las tierras que el Priorato de San Frutos tenía en Carrascal del Río, incrementó en un 20% el precio de los arrendamientos a los colonos que las labraban.

Pedro Hernando Arranz Madrid 16 de octubre de 2021

ADSg: Caja 4751; AHPSg: protocolo 6531 ante Ciriaco Boano; AHPSg: protocolo 3866 ante Nicolás Leonor Ballesteros.

El Priorato de San frutos poseía en Carrascal del Río una hacienda de 80 piezas compuestas de 351 estadales de primera calidad, 41 obradas y 369 estadales de segunda calidad y 21 obradas y 278 estadales de tercera calidad ( una obrada son 4.000 metros cuadrados y cada una  comprende 400 estadales); en total 64 obradas y 226 estadales, equivalentes a unas 26 hectáreas; las llevaban en renta Benito Madrueño, Manuel Pablo Revenga y Manuel Pablo Alonso.

Pagaban una renta de 42 fanegas «…por mitad de trigo y centeno…» y es la misma cantidad que se venía pagando al Priorato desde al menos 1764.

Tras la confiscación en 1835, en el Boletín Oficial de Segovia de 20 de febrero de 1840 se publica el anuncio de subasta; también en el de Venta de Bienes Nacionales de Madrid en 21 de marzo.

Se realiza a doble subasta simultáneamente en Segovia y Madrid el 25 de abril del mismo año; en la primera se adjudica a Valentin Sebastian, por la misma cantidad del tipo de salida 33.194 reales “…con la circunstancia de cederle a Atanasio Oñate quien estando presente se obliga al pago…” y en la segunda a Antonio Redondo en 30.200 reales y con el mismo propósito de ser Atanasio Oñate, más tarde Conde de Sepúlveda, el comprador efectivo. La intención del comprador real era el evitar que fuese su nombre el que apareciese reflejado en el Boletín Oficial y es así que lo que se publica es la adjudicación a Antonio Redondo “para ceder”; la mala imagen que ello supondría ante la jerarquía eclesiástica pudiera estar tras ello

27 de Agosto de 1840: ante el notario Ciriaco Boano se firma la escritura de arriendo de las fincas por el apoderado de Antonio Redondo a los mismos arrendatarios “…que hace bastante tiempo labran y les son conocidas varias fincas que forman parte de las que en el radio de dicho pueblo pertenecieron al Monasterio de San Frutos y acaba de adquirir por justos y legítimos títulos novísimos D. Antonio Redondo…” por «…Seis años de alquiler a pagar el día de San Bartolomé de agosto que comienza en 1841…»

Pues bien, la renta pagadera en grano, que hasta entonces eran 43 fanegas pasan a ser 52, aproximadamente de 1.800 kilos a 2.185, 385 kilos que restaron de los ingresos de los tres inquilinos de las tierras.

Además, mientras hasta entonces el lugar de entrega era en Burgomillodo, lindante con Carrascal, ahora había que llevarlo a Sepúlveda a casa de Mateo Escorial, el apoderado de Antonio Redondo.

Seguiremos estudiando otras operaciones de alquileres de bienes desamortizados para analizar los efectos que pudieron tener en los inquilinos.

NOMENCLATOR DE LOS FRAILES DEL CONVENTO DE LA HOZ (1821-1822)

Pedro Hernando Arranz Madrid 12 de Octubre de 2021

En el Archivo Diocesano de Segovia (ADSg carpeta 4753) he localizado unas relaciones nominativas de los frailes que tenían titularidad en el Convento de la Hoz ,fechadas en los años 1821 y 1822, que hubieron de confeccionarse por el Superior, llamado el Guardián en los conventos franciscanos, en el contexto de las disposiciones del Gobierno del Trienio Liberal (1820-1823) de Octubre de 1820 sobre supresión de monasterios y conventos y en las que se ordenaba le cierre de los que tuvieran menos de 12 religiosos ordenados sacerdotes (religiosos «in sacris»).

La cifra de 12 elegida en la norma guardaba relación con las disposiciones de Concilio de Trento en las que se fijaba ese número como el mínimo necesario para que pudiera obtenerse permiso para la fundación de un convento en una diócesis; se consideraba que era el mínimo para poder llevar disponer de una correcta organización y vida comunitaria.

Los lectura de nombres permite visualizar la parte viva del Convento, una especie de «resurrección» en las ruinas del mismo que actualmente vemos; permite «dar vida» al entorno al poder formular en la mente una representación de personas moviéndose por él, laborando, rezando, hablando, discutiendo o riendo…

La primera relación es de 1821 y su transcripción es como sigue:

Lista de los religiosos moradores de este convento de la Hoz en este año de 1821

P. Fr. Luis GorgojoGuardián
P.Fr. Antolín FerradasPredicador Mayor
P.Fr. Pedro FraguasLector de Moral
P.Fr. Ramón PérezVicario del Convento
P.Fr. José HerbasPredicador Suelto
P.Fr. Bernardo del PozoId
P.Fr. Juan Antonio MunicioId: pº sordo
P.Fr. Pedro de la HorraSacerdote
P.Fr. Adrián RodríguezSacerdote
P.Fr. Francisco GonzálezSacerdote

                                               Agregados

P.Fr. Ignacio RodríguezTeniente en Santa Marta
P.Fr. Vicente de los OjosResidente en el Sitio [San Ildefonso]

Al año siguiente se elabora una nueva firmada por el Guardián:

Lista de los religiosos moradores de este convento de la Hoz en este año de 1822

En Casa

P.Fr. Luis Gorgojo
P.Fr. Vicente Rey
P.Fr. Antolín Ferradas
P.Fr. Ramón Pérez
P.Fr. Juan Antonio Municio
P.Fr. Francisco González
P.Fr. Pedro de la Horra
P.Fr. Adrián Rodriguez

En Curatos

P.Fr. Pedro Fraguas teniente en Caballar hace 10 meses.

P.Fr. José Hervás teniente del Cura Párroco de Valleruela de Pedraza hace 4 años.

P.Fr. Bernardino del Pozo teniente del Cura Párroco de Arcones hace 8 años.

P.Fr. Vicente de los Ojos visitador de terceros en el Real Sitio de San Ildefonso.

Este es Ilmo Sr.. el número de los Religiosos ordenados in sacris de este Convento de la Hoz y lo firmo hoy 28 de Abril de 1822

                                                           Fray Luis Gorgojo

                                                           Guardián

A esta lista habría que añadir para completar el número de residentes en el Convento a los frailes legos (no sacerdotes) y a los criados que podrían se otros cuatro, por lo que el total de personas que allí habitaban serían unos dieciséis, cifra mucho menor a la de épocas anteriores en las que se contabilizaban unas cuarenta personas; las presiones ejercidas por los gobiernos de corte liberal habían hecho decrecer el número de religiosos de todas las órdenes desde los comienzos del siglo XIX.

EL CONVENTO DE LA HOZ, A PUNTO DE SER SUPRIMIDO EN 1820, DURANTE EL TRIENIO LIBERAL.

Pedro Hernando Arranz 25 de Setiembre de 2021

EL APOYO RECIBIDO DE LOS PUEBLOS DE LA TIERRA DE SEPULVEDA LOGRÓ QUE NO SE APLICARA LA NORMA QUE PRESCRIBÍA EL CIERRE DE LOS CONVENTOS CON MENOS DE DOCE FRAILES.

Con la llegada de los liberales tras el levantamiento de Riego el 1 de Enero de 1820 y la jura de la Constitución por Fernando VII, se aprueba la Ley de 25 de Octubre de 1820 que disponía la supresión de todos los monasterios y los conventos de religiosos que tuvieran menos de 24 monjes o frailes o 12 en el caso de ser el único que hubiese en un pueblo.

Los Gobernadores Civiles de la provincia junto con los Obispos de cada Diócesis debían formular lo que se llamó «arreglo de conventos»; el de Segovia fue el primero en publicarse en la Gazeta de Madrid (R.O. de 12 de Febrero de 1821 publicada el 17)

Los datos que se recogen a continuación constan en diferentes documentos conservados en el ADSg carpeta 4753 .

En la provincia de Segovia el número de monasterios o conventos, era de 25 (se incluía entonces el de monjes gerónimos de La Armedilla, actualmente en la provincia de Valladolid) de los cuales 14 estaban en la capital; y en total se suprimieron 14 de los que 9 radicaban en ésta. Aunque no figura en la lista, en San Frutos se vendieron sus posesiones en 1822 y quedó sirviendo la parroquia el que venía siendo Prior Fray Leandro Bruno Cantero, ya sin el hábito benedictino.

Los de franciscanos de Fuentidueña y La hoz subsistieron, no sin que tuvieran que hacer «encaje de bolillos» para lograrlo. En el de Fuentidueña pudo completarse el número mínimo de 12 frailes requerido, con 4 que vinieron de Aranda de Duero y que estaban residiendo en una casa particular tras la quema de su convento durante la Guerra de la Independencia.

El 13 de Diciembre de 1820 el Padre Guardián del Convento de la Hoz contesta al Obispo que le pregunta sobre la situación en que se encuentra su convento respecto de lo dispuesto en la Ley de 25 de Octubre y le dice que «…este convento consta de doce religiosos profesos siendo solo los nueve sacerdotes…» siendo por lo tanto un claro candidato al cierre. En el mismo escrito, fray Luis Gorgojo, el guardián, le dice al Obispo que si para completar el número de 12 tienen que reunirse los frailes en uno de ellos, que el que se suprima sea el de Fuentidueña; el texto que emplea como argumentario no puede ser más directo: «…Que los de aquel [Fuentidueña] se reúnan a éste por después de ser [aquel] un convento bastante despreciable para los religiosos por enfermizo como es bien notorio; una guardianía de solo 20 o 22 lugares; están por aquella parte inmediatos los conventos de Peñafiel y Cuéllar y finalmente [aquel] es un convento bastante moderno [reciente]; por el contrario este de la Hoz es en primer lugar sanísimo; su distrito guardianía asciende a más de 100 pueblos; es convento antiquísimo; es un santuario célebre para toda esta tierra de Sepúlveda, Cantalejo…»

El arraigo del convento de la Hoz en la zona debía ser muy fuerte porque recibe numerosos apoyos apoyos en forma de cartas dirigidas el Obispo: de los tres párrocos de Sepúlveda, los nueve del Ochavo de Cantalejo, el de Castro de Fuentidueña, el Vicario de Pedraza en nombre de todos los párrocos de su vicaría; en ellas razonan que no se suprima, por ser el único en cien pueblos a la redonda, ser el Santuario de la Virgen de la Hoz, y por los apoyos que prestaban los frailes a los pueblos de su circunscripción.

Hasta el General de la Orden Franciscana, Fray Cirilo Alameda, posteriormente cardenal de Santiago de Cuba y Arzobispo de Burgos, intercedió ante el Obispo por los conventos de Fuentidueña y La Hoz.

Las súplicas dieron sus frutos y finalmente permaneció abierto ; más tarde debieron incorporarse a él varios frailes porque en las relaciones de moradores que enviaban al Obispo ya figuraban doce.